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Lupa

LAS BUENAS Y LAS MALAS JUNTAS

"Según algunos ediles frenteamplistas, si se juntan un militante de la seudoizquierda “radical”, un representante de la derecha más rancia, y un terrateniente de los que andan en 4X4, tendremos como resultado un movimiento ambientalista contra la megaminería."

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Según algunos ediles frenteamplistas, si se juntan un militante de la seudoizquierda “radical”, un representante de la derecha más rancia, y un terrateniente de los que andan en 4X4, tendremos como resultado un movimiento ambientalista contra la megaminería.

 

En efecto, algunos ediles frenteamplistas se han mostrado sorprendidos (o no sé qué) por el hecho de que integrantes de la Unidad Popular (UP) hayan mantenido reuniones con integrantes del Partido Nacional del sector herrerista. ¡Vaya cosa! Yo también estuve en una de esas reuniones, en oportunidad del lanzamiento de la campaña por el plebiscito, y no pertenezco ni a la UP, ni a la derecha más rancia (ni de la otra), y como no tengo la suerte de ser terrateniente tampoco ando en 4X4.

 

Pero tampoco me trago cualquier “píldora” que el gobierno que yo voté me quiera hacer tragar, por más “dorada” y bien empaquetada que la presente. (Yo fui militante y luego apenas votante del Frente Amplio; a la etapa de hincha incondicional nunca llegué, y más bien pensaba que la condición de hincha incondicional no se correspondía con eso que se llamaba “ser de izquierda”.)

 

Me voy a permitir recordarles a los ediles frenteamplistas unas reuniones realizadas en los primeros años de la década del 70, en la que, entre otros, se encontraban Rodney Arismendi (comunista), José Pedro Cardozo (socialista), Juan Pablo Terra (demócrata cristiano), Francisco Rodríguez Camusso (del Partido Nacional, creo que herrerista, precisamente), Zelmar Michellini (del Partido Colorado). Había más dirigentes y personalidades de la política uruguaya, pero con esos nombres da y sobra como para que nadie tenga por qué mostrarse tan sorprendido por tales acercamientos. En esa oportunidad, dichos ciudadanos se reunieron para iniciar las tratativas y negociaciones que darían como resultado la fundación del Frente Amplio.

 

Y si no recuerdan esto (ya sabemos que el tiempo pasa y se van perdiendo cosas), les diría que volvieran a mirar las fotografías del estrado en el Obelisco cuando el triunfo del NO a la reforma constitucional propuesta por los militares. Quedarían algo más que sorprendidos, al volver a comprobar quiénes estaban allí, codo con codo.

 

Y si no les alcanza, les recordaría algunos de los nombres de quienes andaban entreverados con los frenteamplistas cuando la campaña por el voto verde, empezando por Carlos Julio Pereira a nivel nacional y continuando con Wilson Elso Goñi a nivel departamental.

 

Pero si la amnesia histórica es tal que no puedan recordar estas “aproximaciones políticas” entre adversarios cuando lo que está en juego son los intereses nacionales por encima de los sectoriales, entonces les recordaré aquella frase del Pepe en la campaña electoral, según la cual para ganar las elecciones “había que abrazarse hasta con las culebras” si fuera necesario. ¡Sí sería importante ganar las elecciones! ¿No será un poco más importante este asunto de la megaminería, importancia que justificaría el abrazo no con “culebras” sino con “la derecha más rancia”?

 

Pero, ¿no será este problema lo suficientemente importante como para que nos lo tomemos en serio, y nos dejemos de la pavadita de quien se junta con quien, incluida la pavadita de “la izquierda” la “seudoizquierda” y “la derecha”, cuyas fronteras hace rato que han sido pisoteadas y borroneadas y ya no se sabe muy bien qué es qué?

 

Pero también les recordaría otra cosa, ésta ya no tan folclórica como la del Pepe: un muy satinado folleto publicado por la empresa Aratiri, en cuya tapa están estampadas las firmas de los presidentes del Frente Amplio, del Partido Nacional, del Parido Colorado y del Partido Independiente.

 

Todos esos señores representantes de estas colectividades políticas están avalando, con su firma, la actividad de una transnacional. ¿No será esto más grave y más pesado que andar con el propietario de una 4 X 4, que por lo menos es uruguayo? ¿No será la megaminería una “herencia maldita” que les estaremos dejando a los uruguayos del mañana? ¿O las “herencias malditas” sólo serían legado de blancos y colorados? ¿Creen realmente que de un lado están “los buenos” y del otro “los malos”? ¿Las transnacionales eran “malas” porque los gobernantes anteriores eran “malos”? Porque, que yo recuerde, para el Frente Amplio cuando era opositor, las transnacionales no eran malas, eran nefastas. Eran “el imperialismo”.

 

Decir esto ahora, ¿significa ser “radical de izquierda” o “seudoizquierdista”? Les pregunto a los dueños de la verdad oficial (porque parece que hay una).

 

¿Qué dicen de esto los señores ediles? Si la firma de Brovetto en dicho folleto no los sorprendió, aunque fuera un poquitito y al principio, entonces estas otras “sorpresas” no son tales. Son engañapichangas que se les tira a la gente para que se entretenga con eso y no se enfoque en lo que importa, el problema de fondo: la megaminería.

 

Por Bolívar Viana                                                   Fotografía: Javier Calvelo/La Diaria

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