top of page

Lupa

El Túnel

 

Aún me siento helada. Acabo de llegar; este lugar tampoco es cómodo… es siniestro, es un hueco, es un foso oscuro y angosto, un túnel que desciende… no piso firme; no se adonde me dirijo; hay algo que me empuja. Las paredes de esta caverna sudan sangre, sangre que me empapa el rostro. Estoy oprimida, encajonada, mojada, viscosa. Las paredes laten a intervalos y emiten un lejano sonido de tambores; no reconozco mi viejo cuerpo. He perdido la voz, nada se parece tanto al infierno. Me escurro; caigo de cabeza inevitablemente. Por un largo momento lo de arriba es lo de abajo y al revés. Apenas puedo ver que al fondo de este túnel se vislumbra un resplandor. Me deslizo; voy como impulsada por mi propio ser, pero siento que otra voluntad más poderosa que yo, me obliga, me arrastra a la salida. Me acerco al final, lo presiento y en ese momento, unas manos enormes, grotescas y frías me jalan, intentan despedazarme, pretenden separar mi cabeza del tronco.

 

De nuevo estoy helada, acabo de llegar; la luz tan ansiada y vital, me ciega; las manos gigantes me manipulan, me arañan, me sacuden. Estoy totalmente indefensa y cuando creo llegar al límite del espanto, algo más atroz aún abre despiadadamente mis narinas y una bocanada de ardoroso aire me atraviesa el pecho…Entonces… otras manos más suaves y expertas me defienden, me abrigan, me acunan.

bottom of page